Cruzadas las puertas del Teatro Concha Segura, al finalizar el gran estreno del pasado 18 de noviembre de 2017, como si de una premonición se tratara, me enteré por sorpresa de que Human se presentaría en Madrid el 19 de enero de 2018. Al salir, a algunos de los miembros del club de fans, nos preguntaron si queríamos los carteles del concierto. Todos pensábamos que nos llevaríamos de recuerdo el cartel del gran estreno en Yecla, al darle la vuelta al cartel: ¡sorpresa! ¡la fecha está mal!, nos decíamos unos a otros, y entre risas descubrimos que se trataba del anuncio de un nuevo evento que aún no conocíamos.

¡Madrid! ¡19 de enero! ¡Qué suerte la mía!, justo en esa fecha tendría que viajar a Madrid por trabajo. En esta ocasión sólo he tenido que esperar dos meses para volver a disfrutar de su guitarra, su música y su magia.
Tardé sólo un par de días en ajustar los planes para hacer coincidir mi viaje con esta presentación. ¡Era la excusa perfecta! Un día de risas entre compañeros de trabajo e intensa visita al recinto ferial que pasó más rápido de lo esperado y al que le puse el broche perfecto asistiendo a otra noche especial, con otro gran concierto.

Entramos en una sala ubicada en un oscuro sótano, me recordó a los tradicionales locales irlandeses, no muy grande, oscura, en la que el escenario era el centro de atención, donde músicos e instrumentos parecían más grandes y destacaban con gran intensidad. Encontré a Juan sobre el escenario cuidando los últimos detalles, muy bien acompañado por Fer Varela, Javi García, Alberto Scarlatta y Carlos Expósito (quién le acompañó esa noche a la batería).

El vello de punta de nuevo con interpretaciones como "No diré Adiós" y "Éxodo", aunque no pude evitar emocionarme con cada nota que salía de aquellas guitarras. Revivir sensaciones que tanta alegría me han dado con Génesis y disfrutar como una niña pequeña entonando las letras de estos dos ¡discazos!, sin duda, todo un regalo.
La anécdota de la noche, una cuerda rebelde, que nos pareció saltar. Después me enteraría por el propio Juan que había sido más de una y sería toda una hazaña acabar aquel tema. La mayoría, créeme, no lo notamos. :-)
Cargadas las pilas, después de darlo todo una vez más, disfrutamos de un divertido sorteo en el cuál los números no me acompañarían... ¡me quedé sin botas!
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